Heroínas de la Independencia de Venezuela
Nace en hogar de elevada posición económica y social, emparentada con el Coronel Fermín de Heredia, jefe realista que murió en la Batalla de Araure, en 1813. Teresa crece en medio del bullir de las ideas de emancipación y se decide, como sus padres, por la independencia. Sus padres pagaron con sus vidas sus ideales de libertad, dejando a Teresa huérfana, al cuidado de una tía con quien se trasladó a la Guaira. A los 17 años contare un matrimonio con un isleño de nombre José Antonio Agüero.
A los 19 años queda viuda y se dedica totalmente a la lucha por la independencia al lado del ejército patriota, hasta que es puesta prisionera por negarse a decir dónde estaban escondidos los "insurgentes" que habían buscado asilo a su lado.
El 8 de mayo de 1818, Teresa Heredia es conducida de la prisión de La Guaira a un calabozo de la cárcel de Caracas. Don Antonio Guzmán, Sargento Mayor de la Plaza, lleva una orden de Salvador Moxó (Capitán General de Venezuela) para hacerle una "sumaria" a Teresa, "sospechosa de infidelidad". Algunos testigos pagados la acusan de ser una "ardiente y decidida patriota", dicen que la han oído hablar de la llegada del General Bolívar a la isla de Margarita con siete buques y que la habían visto viajar en las ancas del caballo del General realista Yánez. Otros dicen que la han visto vestida de hombre en los llanos con los realistas y que Luis Dato, el Gobernador de Valencia, le había quitado "unos dineros" que llevaba a los patriotas.
Teresa, altiva y digna, habla ante los que los acusan. Confiesa que se llama Teresa Heredia, que tiene 19 años y es viuda de José Antonio Agüero, "quien debe estar en los infiernos por realista". Dice que es de oficio costurera, vino a Caracas con un pasaporte firmado por el Alcalde del Peñón a arreglar su matrimonio con el artillero Hidalgo. Niega los cargos que se le hacen. No conoce a Yánez, nunca lo ha visto. Lo del dinero que dicen le quitó el Gobernador Dato es incierto, porque "nunca lo tuvo", refiere que la razón de que Dato la prendiera sin fórmula de juicio, le mandara a cortar el pelo, la bañara en mieles y la emplumara para luego pasearla por las calles de Valencia al son de cajas destempladas "es porque no quise ser del Gobernador Dato porque me estaba casando con Pedro Marturel". Confiesa que en “Bárbula”, a cuatro curros del Batallón Granada les salvó la vida. "No tengo iglesia porque solo la necesito para encomendarme a Dios". Y firma: Teresa Heredia.
Se ordenó ampliar la "sumaria" con los testigos de Valencia. El Regidor declara que "el castigo vergonzoso fue por su infidelidad y vida relajada en el trato con los hombres", pero el Escribano público, don José Otálora, habla del patriotismo de Teresa Heredia y dice que este es en verdad su crimen. No obstante se la juzgó y condenó.
El Consejo de Guerra no puede probar su actividad revolucionaria, pero el asesor Oropeza aconsejó: "que se expulse a la América del Norte a esa mujer incorregible, para que allí sea independiente y la enseñen a vivir en sociedad". Fue conducida a la embarcación que la llevaría a su destino y nada más volvió a saberse de ella.
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